Simba

Cuando era chica AMABA a los gatos, pero en serio, con locura y pasión, incluso les compraba juguetes siendo que nunca tenía plata por que era una pobre cabra chica sin mesada (papás apretados no má). Ahora los odio, pasé de CatLover a DogLover-cathater (?)
Ahora les quiero hablar de Simba, el gato grande, peludo y con cara de malo que ven a la izquierda (<----). Hace unos años atrás, cuando yo tenía como 11 años aproximadamente y estábamos en la casa de mis abuelos en el campo, fui a un dormitorio a buscar algo y cuando abrí la cómoda di un grito digno de película de terror, adentro del cajón y metidos entre la ropa habían unos gatitos recién nacidos que la gata había "escondido" ahí, yo al principio pensé que eran ratones y por eso me puse a gritar jajaja. 
Nos quedamos con dos gatitos, un macho y una hembra, a los que llamamos Simba y Nala. En esa época mis hermanas y yo eramos fanáticas del Rey León, la mirábamos mil veces en el día (De hecho todavía nos sabemos los diálogos y las canciones)  Pero con los años nos dimos cuenta que Nala nos había engañado y resultó ser NalO, un gato travesti, y con Simba entraron en conflicto por el trono de la casa, que finalmente ganó Simba y echó a Nala (o), que desapareció para nunca más volver :'(
Mi hermana vino a verme esta semana y me contó que Simba murió estas vacaciones de invierno, vivió como 16 años, que en años-gato me imagino debe ser harto. La verdad es que estaba super viejito y ya sólo se dedicaba a dormir y pelear por el sillón al lado de la estufa en la casa de mi abuelita. Ahh y a pololear con   su pololo-gato Macnelly, sip, es cierto, gatos gays :P Mi tata le puso Macnelly por un futbolista que hay en Chile y que según los entendidos es muy flojo jaja, se podrán imaginar como es.
 
Simba y Macnelly, los gatos gays.
Simba era super inteligente, abría la puerta de la cocina solo (pero nunca la cerraba el vago), se metía a los muebles, destapaba ollas, siempre se las arreglaba para tener más privilegios que los otros habitantes gatunos del campo. La verdad era el único gato que aceptaba ultimamente.
Con la muerte de Simba, además de irse mi ultimo atisbo de simpatía por los gatos, siento que también se muere un poquito de infancia, imagínense que lo conozco desde los 11 a' y  me di cuenta de lo cambiada que está mi vida y de lo rápido que ha pasado el tiempo


Adiós Simba, espero estés calentito en una mullida nube del cielo de los gatos. Ojalá sigas abriendo muchas puertas y dejándolas abiertas atrás de ti, Te extrañaremos. 



Comentarios

Anónimo dijo…
morí de la pena... muy lindo.

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