Tolerancia, discriminación y desigualdad.

En la posta central hay un niño de de 24 años en estado crítico, con un electroencefalograma plano (No hay actividad en la corteza cerebral) y en riesgo vital, su nombre es Daniel Zamudio y 4 imbéciles lo golpearon y torturaron con alevosía por el sólo hecho de ser gay, por ser diferente a la "normalidad", por amar a alguien de su mismo sexo. Lo golpearon tanto que, según los medios, en caso de morir sus órganos no podrían ser donados debido al gran daño que presentan. A Daniel lo torturaron varias horas, le arrancaron parte de una oreja, le rompieron una botella en la cabeza y con los vidrios le marcaron 3 esvásticas en el cuerpo, le lanzaron una gran piedra sobre su tronco repetidas veces y le hicieron palanca en una de sus piernas hasta que escucharon sonar los huesos y lo fracturaron.

Sinceramente cuando leí el reportaje del The clinic, quedé muy mal, estuve con ganas de llorar toda la tarde, no puedo creer que exista gente tan cruel capaz de causar tanto daño a otro ser humano. Me da mucha pena que mi Martín tenga que vivir en un mundo donde se mata y tortura a otros por pensar diferente, no quiero esa vida para mi hijo, un mundo dónde la intolerancia y la imbecilidad dominan. Espero que ocurra un milagro y Daniel vuelva a ser lo que era, pero mi lado racional me dice que es poco probable que eso pase, de todas formas le mando toda mi fuerza y buenas vibras a Daniel y su familia. Ojalá esto sea un precedente para que ningún otro Daniel tenga que sufrir por culpa de la intolerancia y odio.

Lo peor es que uno pensaría que solo Santiago está contaminado, pero no, les voy a contar lo que le pasó a mi hermana chica este fin de semana. Tengo 2 hermanas universitarias que estudian en Temuco, y de marzo a diciembre viven en un departamento de un condominio que podría clasificarse (tema que encanta en Chile) como clase media baja (Según yo y mi ojo economista), mi hermana estuvo de cumpleaños el lunes pasado y como buena universitaria hizo un carrete con sus amigos ese mismo día, obviamente los vecinos se enojaron (quien no) porque no dejaban dormir. Hasta ahí normal, pero resulta que este sábado en la mañana, mientras mi hermana dormía, llegó un tipo enajenado a golpear y patear la puerta, gritarle cosas, incluso amenazarla de muerte. Mi hermana llamó a los carabineros, después de un rato llegó uno (Mientras el loco seguía gritando cosas y tratando de entrar), le preguntó que pasaba y luego salió a hablar con el tipo, ¡que siguió gritando cosas mientras el carabinero estaba ahí!. El carabinero se fue y le dijo a mi hermana que si el enfermo mental seguía gritando, llamara de nuevo (Cualquier aporte ahh) y obviamente siguió y peor, ya que además le recriminaba por haber llamado a los señores carabineros (estaba pensando en pacos pero preferí no ponerlo). Obviamente mi hermana quedó en shock y estuvo llorando todo el día, más encima estaba sola y no se atrevía a salir, en la tarde se fue a la casa de una amiga y no ha querido volver.

Entiendo que el tipo se haya enojado porque el carrete, pero eso no justifica su forma de actuar, me imagino que estaba drogado o ebrio o definitivamente tiene sus facultades mentales perturbadas, porque no puedo entender que alguien reaccione así ¿Se imaginan que hubiese pasado si mi hermana sale del depto? ¿O si el hubiese logrado entrar? Me da mucho miedo pensarlo, quizás ahora estaríamos llorando una tragedia. Todos los dias veo en las noticias que mataron, violaron o asaltaron a alguien "por aquí y por allá", pero no le tomas el peso hasta que le pasa a alguien cercano.

Me pregunto si en los países desarrollados pasan estas cosas, me pregunto si quizás esto es consecuencia de la gran desigualdad y falta de oportunidades de este país, me pregunto cómo habrá sido la infancia de estos -ahora- delincuentes, me pregunto si habrían tomado el mismo rumbo de haber tenido un ambiente cariñoso y menos hostil, una mejor educación. Simplemente deliro pensando que finalmente no es culpa de estos seres que cometen delitos sino de la sociedad y el sistema de mierda en que estamos metidos y que esto no va cambiar creando más cárceles o endureciendo las leyes, sino enfocandonos en trabajar en la etapa más importante, la primera infancia. Debemos darnos cuentas que al mejorar la educación en todos los niveles, comenzando con preescolar y poyando programas de apoyo y estimulación para embarazadas y lactantes/infantes estaremos creando mejores personas y trabajando para el futuro.